En la misma noche que fue coronado campeón de lucha de la NCAA, Dillon
Maguire es sentenciado a 15 años en prisión por el asesinato de un
policía. Diez años después queda en libertad condicional. Antes de que
pueda reiniciar su vida se da cuenta que su mejor amigo tiene serios
problemas con un prestamista. Para obtener el dinero que tanto necesita
su amigo deberá pelear en un circuito clandestino de artes marciales
mixtas pero eso no es lo más complicado del caso; después de ganar
varias peleas lo obligarán a lo imposible; dejarse perder. Con toda la
presión puesta sobre sus hombros deberá demostrarse a sí mismo que sigue
siendo un campeón.
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